Esteban Vega Pardo es un «miracolato», es decir, una persona sobre la cual se ha realizado un milagro. Esteban nació en Villacarralón hace más de 75 años. Es todo un placer tener gentes del pueblo tan especiales.
Esteban e Imna, agradezco enormemente vuestros mails y espero más noticias positivas vuestras.
La Noticia
La Iglesia atribuye a una de sus últimas beatas, Bonifacia Rodríguez, el milagro de haber sanado a un hombre de Barcelona de un cáncer hepático.
La fe mueve montañas. Si bien para canonizar se han de justificar o comprobar tres milagros, para la beatificación sólo es necesario uno. Es el caso de Bonifacia Rodríguez Castro, monja que fundó, junto con el jesuita catalán Javier Butinyà, la congregación de las Hijas de San José para ayudar a las mujeres trabajadoras. Rodríguez fue beatificada por Juan Pablo II hace dos semanas. El milagro que se le atribuye es sanar de un cáncer hepático terminal a un barcelonés.
El prodigio tuvo lugar en 1994, en Barcelona. Esteban Vega tenía 73 años, se encontraba mal y fue al médico. Tras realizarle diferentes pruebas le diagnosticaron un tumor de ocho centímetros en el hígado. ‘Fuimos a buscar una segunda opinión’, rememora la hija de Esteban, Inma. La nueva valoración no fue alentadora. Ingresaron al hombre en el Hospital Clínic, donde permaneció cerca de un mes y medio. ¿Fármacos? ‘Los médicos no le dieron ninguno. Ni un Gelocatil’, afirma Inma.
Rezos | La esposa de Esteban explicó la enfermedad de su marido a Eugenia Curto, monja que dirige una escuela de la congregación de las Hijas de San José cerca del comercio que el matrimonio regenta. Precisamente en esa escuela habían estudiado los dos hijos de la pareja. ‘Rezaremos una novena por Esteban a la madre Bonifacia’, dijo la hermana. Y así hicieron. Un mes después de la oración, el 5 de agosto, justo el día del cumpleaños de Esteban, éste se empezó a encontrar bien.
‘Aparentemente estaba mejor, pero nos lo confirmó una nueva prueba médica. El doctor se acercó a mi padre y le felicitó. Él pensaba que era por su cumpleaños, pero no era por eso. El tumor había desaparecido completamente’, asegura Inma. Los médicos sólo atinaron a decir: ‘Científicamente no hay ninguna explicación.’ Fue entonces cuando se iniciaron todos los trámites para la beatificación. La familia debió explicar lo acontecido en un tribunal eclesiástico, integrado por médicos, sacerdotes y abogados.
Nueve años después, Esteban Vega sigue acudiendo a diario a su tienda y practica una de sus aficiones, la natación.
Fuente: Diario 20 minutos
http://www.elmundo.es/elmundo/2003/11/09/sociedad/1068374920.html
http://www.madrebonifacia.com/
Gracias a Esteban y a Inma por enviarnos los artículos